El Encanto de las Cajas Band-Pass
Hay algo intensamente emocionante en la primera vez que escuchas una caja band-pass bien construida. El sonido parece estallar de la nada: las líneas de bajo se inflan con fuerza, el bombo golpea con autoridad y cada nota grave se extiende como si la caja fuera mucho más grande de lo que realmente es.
A diferencia de los recintos sellados o bass-reflex, un diseño band-pass de 4º orden no deja que el woofer radie directamente hacia la sala. El altavoz queda oculto dentro, trabajando en cámaras internas, y sólo el lado portado actúa como la “voz” hacia el exterior.
Esta arquitectura crea cierto misterio. No ves moverse el cono; sólo sientes el resultado: presión, profundidad y energía. Ese ocultamiento no es sólo estético, tiene efectos acústicos prácticos, ofreciendo al diseñador una paleta única para moldear el carácter del bajo.
